Sábado 25 de Febrero.
El pasado sábado volvimos a la población valenciana de Quartell, con la ilusión por reencontrarse con buenos amigos y ver de nuevo un toro por las calles. Como es normal por esta fechas había gran ambiente, pero una de las primeras desilusiones fue el encontrase con muchísima menos arena que el año pasado en este mismo recorrido. Ya que el año pasado casi todo el recorrido estaba recubierto de arena. Fue una de las cosas más comentadas en los corrillos de los aficionados, ya que al haber tanta gente es mucho mejor para el toro que haya más zona de arena que de asfalto.
Con unos minutos de retraso se le abrió la puerta del remolque, de los cuales me gustaría hablar algún día. El primer de ellos y como sus hermanos del hierro de Sorando, colorado, ojo de perdiz y escurrido de carnes. De salida abanta y soso en su comportamiento, saliendo suelto de las suertes sin querer pelea.
El segundo de Sorando en exhibirse fue un bonito toro negro, más rematado que su hermano y mejores hechuras. Con los pitones escobillados por su nervio dentro del remolque. Realizo buena salida, siendo algo agobiado por los rodadores hasta que dijo basta, el toro empezó a coger sentido, cortando en las rodadas y entrando a los quiebros con regates, peligrosos para el rodador. Así que el toro se fue al medio del cruce de la arena donde se hizo de respetar.
El tercero y último de la tarde de capa castaña, salió muy parado posiblemente por un defecto visual, del cual hay poco que destacar.
Fotos: Rullot, via Aplausos
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