jueves, 9 de enero de 2014

Carta I, Bajando la afición

Uno lee, escucha, habla en las tertulias con aficionados como la fiesta de los toros poco a poco va en decadencia. Incluso se llega a plantear la desaparición total de la la fiesta, la cual esta muy mal interpretada al llamarse fiesta, por parte de algunos. Pero la afición es fuerte y hace caso
Se que este blog desde hace tiempo a ido así, pero es que así los siento, muchas veces no he escrito por no poner una barbaridad al estar muy caliente muchas de las cosas que han ido sucediendo esta temporada. Buena en algunos aspectos, catastrófica en otros. Desde el día que fui a Madrid por ver Victorinos en las Ventas, Talavante aparte, ya que uno quería ver ese pedazo de toro de Victorino de Madrid. Y vimos toros de segunda y tercera. Pensé, joder hasta Victorino con lo que es y se a vendido a las figuras? Fue la gota que colmo el vaso. Mi afición se deprimió.
Un servidor, amante del toro en las calles y en las plazas de toros, el cual me gusta verlo lidiar en ambas. Y así me gusta llamarlo aunque muchos no estarán de acuerdo. Con la afición al toro criada y amamantada en las calles de los pueblos. Por los que recorro parte del año hiendo a ver un toro que me gusta, por hechuras, por ganadería, por que los sueltan unos amigos, etc. Vas siempre con toda la ilusión de un niño, como el dicho ese: Ir a los toros es como ir a eso de las cinco de la tarde a esperar a los reyes magos. Frase que sirve también de apoyo cuando no aparecen. Pero eso los esperas de un animal, que no sabes cual es su comportamiento, que cada uno es diferente aunque sea de la misma ganadería y procedencia.
Pero lo que si sabes y vas aprendiendo es cuando ves a algunas personas sus reacciones delante del animal. Pero siempre les das una misera oportunidad: -A ver si se portan bien esta vez. No ocurre, y te vas de allí con un posible animal bueno, pero que por ansia de protagonismo, egoísmo, gula, avaricia en definitiva poca afición, hacen que muchos de los apasionados aficionados nos vayamos enfadados sin ganas de volver en vez de salir toreando (quebrando o rodando)o incluso embistiendo...
Más aún se cabrea uno cuando viaja a Madrid o Céret (Francia) , y allí cenando con gente muy aficionada al toro y de importancia le preguntan por el toro en la calle. Lo defiende a ultranza, explicando la forma de vivirla, la pasión al explicarla una fiesta tan simple como complicada como es la de "els bous" de carrer. Haciendo que cambien su manera de ver la fiesta (hablo de cuando fui a Madrid) o descubrirla(de cuando estuve en Céret)y meterles en el cuerpo un cierto interés por ella. Y llegas al fin de semana siguiente y vuelves a ver el desastre, volviendo a encajar un golpe.
Así como pasa en las plazas de toros, en las lidias, solo hay que ver, las corridas tan sumamente repetitivas y leer sus crónicas de las web taurinas más importantes que parecen de cortar y pegar. Tanto en el nombre de las ganaderías, plazas y toreros.
Todo esto es un cúmulo de situaciones que desde hace tiempo vas guardando dentro. Gritas, silvas y siguen igual o peor, por rabia aún hacen más lo malo que hacen, que es romper al toro y quemarlo por disfrute mismo como ya e dicho antes. No quiero calentarme más, siempre nos quedará la videoteca.
Continuará...
PD: Antes de comentar me gustaría que esperarais a leer la segunda parte.

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