martes, 6 de mayo de 2014

El eje de la fiesta por El Mòli

Habido tiempos de vacas locas, de vacas flacas, de lengua azul, de crisis, quizás ahora es tiempo (y más vale tarde que nunca) de pedir paso al Respeto. Esa Fiesta de la que la C.Valenciana presume, de la que podemos sentirnos orgullosos, de la que han salido toreros de las calles, de esa afición que uno se a desvivido siempre, de la que nos hemos criado, hemos crecido junto a ella y hemos mamado desde bien pequeñitos. Pero lejos de aquellos tiempos  de cuando uno era niño, de cuando veías esa gente mayor que tu ponerse delante de un toro, todo aquello te parecía un mundo grandísimo y extraordinario soñando  siempre que aquello podrías llegar hacerlo tu algún día, pero claro algo había por delante que imperaba su reino, imponía respeto e impedía hacer todo lo q uno pudiese pensar, esa bestia, un animal, tan fiero, grande y bello a la vez como es El Toro.
Ese animal que nos une no es mas que “el eje de la Fiesta”, por el cual vivimos, disfrutamos, debatimos, compartimos, el mismo que crea afición, el que nos lleva a recorrer miles de kilómetros por un solo rato de disfrute, sin pensar en el derroche monetario que al final del año si contásemos lo que a fin de cuentas sale, buen ahorro tendríamos.
Hoy se vive la Fiesta igual que antes pero quizás las formas se perdieron, y cuando digo formas me refiero a modales, educación, respeto, todo lo que envuelve estar dentro del recinto cuando hay un toro suelto. Sin olvidarnos del eje de la Fiesta, El Toro, este pide un camino, ese que lleva a disfrutar una tarde de toro igual para los que están abajo a pie de calle como para los que desde un balcón o palos se encuentran, y es que cuando sale el toro a la calle es para todo el mundo, no solo para unos cuantos, y es ahí donde debe de haber unas formas, unos modales de hacer las cosas bien o incluso no hacer para que el animal se sienta participe y principal protagonista que al fin al cabo es quien es.
Uso de chaquetas, de jerséis siempre estuvieron presentes pero de otra manera (veíamos buenos aficionados como Toni El Valleret de Vilavella) para cuando había que realizar un quite y salvar alguna vida. Hoy día no es que no se pueda utilizar pero antaño el toro en la calle era característico del recorte a cuerpo limpio, o en caso de utilizar para cuando un toro lo requiera (reservón, gazapón, con peligro…) o hasta incluso haciendo las cosas bien echas son maneras que forman parte de ese respeto que se pide. Ese respeto que también parece hoy perdió prestigio cuando antaño algún veterano estaba delante, y es que dicen que la veteranía es un grado, pero seria antes, ahora en la tauromaquia 2.0  se ve uno agobiado por chavales a su lado llenos de ansia y no dejar realizar la suerte con su tiempo, ese tiempo que necesita el animal para coger aire y volver a ver esas arrancada que tanto gusta y que llena de méritos el Toro. Y es que no es mas o mejor rodador o aficionado el que mas veces recorta al toro  sino muchas veces que él no lo hace, el que mira, el que espera, el que deja tomar aire al animal, el que guarda su turno, el que deja que el animal corra a su aire sin cortarlo (causa esta muchas veces de que el animal desista ante tanta pelea), el que respeta quien está delante del toro, y así es respetado uno mismo. A la vez y contiguo a la ahora  tauromaquia 2.0 donde existen los palmeros que van a la Plaza, también en la calle existen palmeros para aplaudir cuando alguien recorta 3 veces seguidas o 4 o las que sean, mermando las fuerzas de un animal y esa casta que tiene dentro supliendo por huir o esconderse.
Maestros como Luis Foco. Esplá en la Plaza, a mi gusto, casi dejaron de existir, Maestros de aquellos que gustaban siempre lucir el Toro antes que uno mismo, o al igual en la calle aficionados como El Forner, El Olivero de Nules, El Rallat, viéndole salir al toro de frente y dando largas sin cortarlo es espectáculo de la Fiesta.
Y es que la tauromaquia del S.XXI cambio en la Plaza como en la calle, llevando sus ovejas bajo los brazos, que piden que se les cambie los toros reseñados, que da igual que sea todo del monoencaste y veamos ganaderías más cerca del matadero que de ver en una plaza, y es que al final si no hay un Respeto al animal, a la Fiesta, a los propios rodadores entre ellos mismos todo pierde sentido, valor e importancia, y al fin y al cabo quien pide paso para seguir la Fiesta no es más que “El Toro”, donde  nos vemos todos reflejados para mantener la Fiesta………. “Respeta el Toro, Respeta La Fiesta”.
                                                                                                                             El Mòli.

2 comentarios:

  1. Cuanta razón en este texto, hay gente que se creen aficionados que lo único que hacen es daño a la fiesta y año tras año la cosa va a peor. Gente que sólo miran por ellos y que le pegan 3 o 4 vueltas a un toro en arena o en asfalto sin ningún sentido, sin importarle lo más mínimo el animal. Así como la gente que desgasta sin cansarse a los toros en los barrotes, citándolos una y otra vez, privándonos de ver más y mejores arrancadas en la lidia.

    Hay algo que debe ir cambiando porque cada vez esto va a peor y los aficionados de verdad vamos al toro con menos ganas y menos ilusión de ver algo que valga la pena.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Todo el problema radica, bajo mi punto de vista, en la EDUCACION. Si hubiera educación, habría respeto al animal, si hubiera educación, habría respeto al compañero, si hubiera educación, habría respeto a la fiesta. Y ya habiendo EDUCACION, seguro que a mas de uno le nacería la AFICION, cosa que hace mucho, pero que mucho tiempo brilla por su ausencia en depende que terrenos.

    ResponderEliminar