Toros de Adolfo Martín, bien presentados y flojos de manos(para lo que estamos acostumbrados).
José Calvo: Silencio tras aviso y silencio.
Javier Castaño: Silencio y Oreja.
David Esteve: Oreja y Silencio tras aviso
Sobre los toros buena presentación de los grises de Adolfo Martín, con diferentes arboladuras, pesos y cuajos. Destacar que los mejores presentados el tercero y el quinto. Fueron los que embistieron mejor o se dejaron más , aunque eso si, sin transmitir esa emoción que dan los toros. El segundo que el más alimaña de todos sus hermanos. Se espero más la pelea en el caballo.
José Calvo, que no tuvo suerte desde el momento del sorteo, ya que el material con el que se encontró sobretodo el primero no ayudo. Aún así no, la suerte no le acompañaba, aguanto como un jabato miradas y coladas del animal, notando como los pitones le pasaron cerca de las carnes. El segundo para Calvo, decidió clavar las pezuñas en el albero en banderillas. Calvo lo intento y cobró, aunque tuvo suerte ya que el toro carecía de fuerzas. Lastima no haber tenido un buen material ya que todos sabemos el buen gusto del torero.
Javier Castaño, el mejor de la tarde, para un servidor. Lo intento con un bronco primero que acosaba y se colaba. Buena estocada. Con el quinto de la tarde un magnifico ejemplar, lo hizo lo posible para lucirlo en baras pero el de Adolfo no colaboró. Buena cuadrilla la de Javier, que se desmontero David Adalid, en banderillas. Con la montera puesta toreo, toreo y se le vieron detalles con la mano natural del toreo. Detalles de pureza el cual se agradecen.
David Esteve, que viene de torear bastante en el Perú. Y hacía mucho que valencia no veía este torero. El cual nos sorprendió su seguridad. Recibió bien con el capote a su primero, un precioso ejemplar, el cual a un servidor le gustaba, remató con una media un poco descompuesta. Con la muleta, elegantes derechazos con la rodilla en el suelo. Se acopló bien con las nobles y algo sosas embestidas del toro. Toreo bien por ambos pitones, si bien para mi gusto le faltó meter más los riñones, quizá es su tauromaquia, que no hemos visto los de la tierra.
En el que cerraba la tarde, poco pudo hacer, le bajo la mano a un toro que no humilló en ningún momento pero se quedaba corto y la cosa no se animaba, puso ganas pero termino pronto para tampoco llegar a aburrir.
Fotos: Rullot
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