Buen ambiente, precioso recinto, buenos rodadores, hierro de garantía (y más en este pueblo) y toros de buenas hechuras, buena tarde de toros.
Se exhibieron dos toros de Javier Molina, el primero de ellos de pelaje melocotón, bajo, reunido, rematado y de bonita expresión, fue noble y pronto.
El segundo más hondo, de agresiva expresión, una pintura de animal, de los que no pueden fallar, bajito, corto de manos, de largo cuello, estrecho de sienes y con la carita “palante”. Nos hizo pasarlo bien, de larga y pronta arrancada, de precioso y rápido galope, con mucha chispa, trasmitiendo mucho. Salió suelto en varias ocasiones y dio arreones peligrosos.
Información: Albert de Juan
Fotos: Albert de Juan (Blanco y negro) y Jesús Esteve
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