El primero de ellos un rematado toro de Miranda y Moreno que lucía el numero 25 en los costillares. Toro con buen comportamiento aunque algo reservón, por el pitón derecho pasaba en los quiebros sin mucho peligro, por el otro pitón izquierdo entró bien en un par de encuentros. Remató en los palos, cosa que gusta al aficionado y que en según que pueblos es señal de buen toro. En general toro que cumplió en comportamiento y que aparentó buena forma fisica. Quiero añadir que el toro salio con un pitón ensangrentado que puede ser por varios factores ya que es una ganadería que no lleva fundas. Por la noche se comportó de igual manera por con alguna lección aprendida en cuanto a quiebros se refire.
El segundo fue un toro burraco de capa del hierro de Laurentino Carrascosa, bajo y con cuello. Buenas hechuras para embestir. Un toro moderno, que tubo cierta clase, salía suelto de las suertes. Ofreció buenos momentos gracias al buen gusto de algunos rodadores. Pero que le faltó la emoción que se busca en todos sitios. Por la noche poco que destacar.
Para cerrar la tarde, un toro basto de hechuras y con un agresivo pitón derecho del hierro jienense de Miranda y Moreno. Desde su salida se vió claramente un defecto visual en el ojo derecho. Ya que el toro acudía a los cites con la cabeza girada mirando por el ojo izquierdo. Pese a este defecto visual el toro acudía con chispa y transmisión a los cites. De fuerte y larga embestida pasaba a hacer hilo al rodador o quebrador con mucha fuerza y poder. Viendose algún quite con la chaqueta al suelo. Esta nadie dijo nada por las chaquetas ya que fueron para buenos usos. Interesante y buen toro el de Miranda que por la noche mostró mas su valía con grandes arrancadas. Siendo amo y señor de las calles de Massalfassar, con algún susto que otro.
Fotos: Alvaro Gimeno y Albert de Juan
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