Ojos que no ven...
A la primera parte de esta opinión personal del día taurino de Castellnovo, la cual sucedió en la mañana del sábado y a la cual no pude asistir por motivos laborales. Le llamo así, Ojos que no ven, por que lo primero que hice nada mas llegar por la tarde fue preguntar a varias personas como había estado el toro por la mañana, de Salvador Domecq. Es curioso como depende de donde vea o sienta uno la afición ve los toros de una manera en algunos casos. Sobretodo con toros mediocres. A algunos de los que se ponen delante pregunte como había estado el toro. En resumen y con otras palabras, me dijeron, un toro muy noble que no paró de embestir, bueno. Mientras que para el aficionado, el de barrera o que le gusta ver al toro desde una cierta distancia. Fue un toro con poca cosa, se dejo mucho, era muy chochón, tenía a muchos encima y no paró. Que cada uno se quede con la que quiera, yo me quedaré con lo que vi del toro en la embolada de la tarde-noche.
Ya por la tarde, con temperatura agradable para la época en que estamos y buena afluencia de gente del toro, que nos volvimos a ver para estar un año mas juntos por la fiesta, se soltó a las 17:00 un toro de Sorando, de capa negra. Que remató de salida en los palos de manera espectacular, seguidamente mostró nobleza durante su lidia, con poca entrega en los cites y quedandose cortito, transmitiendo poco.
Seguidamente se soltó un toro de Salvador Domecq, falto de remate, y que salió avanto, buscanso la salida siempre; manseo siempre.
Tras los toros se emboló el toro de la jornada matinal. Fue el mejor de todos, mostró nobleza y recorrido, animó la tarde.
Fotos: Albert de Juan, A.Piquer, JM Artero
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