Se desencajonaron dos toros de los hierros de la Dehesilla y Luís Algarra por este orden.
Bien hecho, sin exageraciones el castaño de la dehesilla, acudió a los cites con prontitud, pero sin ninguna chispa ni transmisión y salio suelto de todos los lances debido a un problema visual. El segundo en saltar a la arena fue el negro zaino de Algarra, toro extremadamente feo y con esas hechuras pues lo de la bravura como que no se inventó para el (este toro sustituia al anunciado del mismo hierro).
Crónica y fotografía: Albert de Juan
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