El tercer festejo de la feria de novilladas de Algemesí celebrado ayer contó con la presencia de los alumnos de las escuelas de tauromaquia, quienes pasaban su tradicional reválida septembrina en este final de curso académico que están afrontando.
El examen al que se les enfrentó estuvo compuesto por un encierro de Gabriel Rojas. Los astados del ganadero sevillano compusieron un encierro de parejas hechuras y con seriedad por delante. Luego su juego estuvo presidido por generosas dosis de casta y movilidad. Todos ellos rompieron hacia adelante y fueron agradecidos cuando se les hicieron las cosas bien, aunque también tuvieron mucho que torear.
Encabezaba la terna Alejandro Rubio, de la escuela taurina de Nimes, quien no se quedó quieto en ningún momento. Bailarín, movido y trapacero, corrió más que la jaca de la Algaba y causó una penosa impresión.
Cristian Climent se mostró como un espada con una enjundiosa y empacada concepción de la tauromaquia, aunque sus dos faenas resultaron desiguales, deslavazadas y faltas de estructura.
Por su parte el algemesinense Jorge Expósito triunfó con fuerza ante sus paisanos. Aunque todavía se encuentra dando sus primeros pasos en la profesión, hizo gala de verticalidad y un notablevalor de fondo. Se quedó muy quieto y, muy asentado, trató de correr la mano con templanza y sometimiento. Quiso hacer las cosas bien en todo momento y mató con contundencia.
info: Setmana taurina Algemesí
No hay comentarios:
Publicar un comentario