A las 12 del medio día del sábado.
Nos reunimos un buen grupo de aficionados para presenciar el primero de los toros de la última jornada de la comisión el Centro. Para la ocasión se exhibió un toro de los recitales, con mucha cara pero con poca bravura, se movió con sosería. Destacar de la mañana las vacas de Pechina que entretuvieron al público y la nota mala es como siempre los asfalteros que se aprovecharon en demasié de la nobleza de la primera vaca.
Ya por la tarde, con puntualidad, se soltó un toro de la ganadería de Zalduendo, alto de agujas y agradable arboladura. En cuanto a su comportamiento, fue el esperado de esta casa, pronto con buen tranco y nobleza. Todo un caramelo para los rodadores, que sin embargo fue un poco desaprovechado en los quiebros por no aguantarlo lo suficiente, ya que así se desengañan más rápidos los animales. Este le faltó un punto de transmisión, la chispa que encienda a todos los allí presentes para que haya ese run-run de cuando sale un toro bueno.
En segundo lugar, el esperado Moreno de la Cova, que esta vez decían que venía rematado. Y así fue un toro que nos recordaba a esos magníficos urcolas que tanta bravura han dejado en nuestras calles. Sin embargo era todo fachada, ya que el toro por sus reacciones parecía que tenía un defecto visual, aún así no demostró ni un goterón de lo que han dejado sus hermanos en nuestras calles.
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